Un día de esos normales de diciembre.
De esos de los que quieres verle. Claro, ya dije que era un día típico.
De esos en los cuales apenas hace frío, pero sientes frío, porque te acuerdas de lo calentita que estarías entre sus brazos. En ese hueco que parece haber sido diseñado para ti. Para ti y nadie más.
Te repites una y otra vez que le verás pronto. Pero hasta el tiempo se congela si no está Él. Sales, intentas buscar esa belleza que vez siempre que él te acompaña. Ese rayito de Sol que te hace sonreír. Esa paz que reina en el ambiente. Esa flor que amablemente te ofrece para que disfrutes de su aroma, y que con tacto, te coloca en el pelo. Para mirarte, para poner esa sonrisa infantil que tanto te gusta porque marca sus hoyuelos, y decirte ''hay que ver cómo eclipsas a la pobrecita.''
Pero las cosas disminuyen, no pierden, su belleza cuando él no está. Y eso es algo que no puedes evitar. Y te enfadas. Y gritas. Y buscas una manera de desahogarte, como escribir lo primero que se te ocurra.
Acéptalo. El mundo brilla más a su lado. Pero no brilla sólo porque esté él. La belleza del mundo está ahí para ser disfrutada siempre. Con él o sin él. Está para todos.
En soledad, las cosas también son bonitas. Es lo bueno de esta vida, aunque muchos no lo hayan aprendido aún.
Otra cosa buena es que la vida misma se encarga siempre de enseñártelo. Antes o después.
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Bueno vi tu comentario en mi blog y no sabes cuanto te agradezco que te guste =)
ResponderEliminarVoy a seguir tu blog ¿De acuerdo?
Por cierto el titulo de esta entrada me encanta
es de unas de mis canciones favoritas
Un besazo!
Siempre se puede probar con una manta. A veces calientan más que un abrazo.
ResponderEliminarmiau
en
trineo
rojo